A sólo 160 kilómetros de la capital de la provincia de Tucumán, San Miguel de Tucumán, se esconde esta joya de la naturaleza. Como si de repente, tras una montaña y el sol enceguecedor, se dejara entrever la belleza natural de este sitio del Norte Argentino. La tierra es administrada por la Comunidad de Amaicha, ésta sociedad es única en todo el noroeste argentino por su organización. Ya hace más de 200 años que los descendientes del cacique Francisco Chapurfe llevan adelante esta conducción con todas las prudencias que esta suelo se merece. Esta ciudad de tan solo 1.509 habitantes pertenece al departamento de Tafà del Valle, resaltan entre sus atracciones más llamativas las frutas, alfajores, turrones, quesillos y vinos pateros. Sus pobladores son quienes se ocupan de toda la producción y comercialización, son hábiles artesanos que fabrican y conservan piezas únicas que generan con sus técnicas tradicionales. Herencia de la única comunidad indÃgena que aún se conserva: diaguitas. Legados y patrimonios que se pasan de mano en mano, de generación en generación.
Cerca, llegando por la ruta del oeste (Provincial: 357) se deja atrás la sierra de Quilmes, mientras que al este se despliegan las cumbres CalchaquÃes. Por el sur, dejando la ciudad de Tafà del Valle, debe tomarse la ruta provincial 307. La SecretarÃa Nacional de Deportes declaró que es el lugar perfecto para la práctica deportiva de altura de alto rendimiento, por considerárselo el mejor microclima del mundo. Las temperaturas promedio son en verano de 21º centÃgrados y en invierno de 9º centÃgrados. El RÃo Amaicha atraviesa la región, dejando un vestigio de frescura y transparencia, rodeado por una vegetación agreste y paisajes inolvidables. Los deportes extremos son los más elegidos, se destacan la práctica de parapente y aladelta en la cima del Cerro San Javier, las cabalgatas en Yerba Buena, Raco y El Siambón. Las opciones que presenta el trekking son incontables, tanto diurnas como nocturnas, las caminatas por estos bosques y nevados dejan un sabor en el corazón poco comparable con otras sensaciones. Rappel, Mountain Bike y Rafting son otras opciones no descartables, pero mucho menos visitadas.
Las calles tranquilas son el fruto de ancestrales tradiciones y buenos modales. Sólo hay que atreverse a recorrer este sitio que desborda encantos. Febrero es escenario de la tradicional fiesta de la Pachamama (Madre Tierra). Es motivo de encuentro de toda la población de este pueblo más la gente de pueblos vecinos, y todos aquellos curiosos que se acercan para participar. En el último dÃa de los festejos se elije una mujer entre las ancianas que representa a la Pachamama, y va acompañada por una joven doncella que es el sÃmbolo de la fertilidad. Quien llega imantado por esta fiesta, no puede dejar de recorrer el Complejo de Museos "Pachamama". Se ubica en la entrada del pueblo, sobre la Ruta 307. Este sitio es refugio de reproducciones de diferentes elementos del Valle Calchaquà que datan del 800 A.C. Entre los imperdibles encontramos a La Aguadita y la Represa de Ampimpa que, además de ser el mirador del Valle CalchaquÃ, está instalado un observatorio meteorológico. El alojamiento no presenta una gran variedad. Las cabañas de "El Portal de Amaicha" presentan la opción más cómoda, con todos los servicios indispensables y la calidez de su gente. Pero si la idea es hacer contacto con la naturaleza en un marco natural excepcional, la opción más viable son los camping. Existen tres opciones: Los Algarrobos (en el acceso del pueblo, a mano derecha); La Coplerita y, finalmente, Los Cardoncitos (frente al ex predio de "La Pachamama") La Fundación y Eco Museo Amauta funcionan en Los Zazos, ésta es una localidad que presenta ancestrales costumbres y se la considera cuna de copleras. A tres kilómetros de Amaiza del Valle, Los Zazos alberga el dique que provee agua a toda la población. Otras atracciones del lugares son la Virgen Tallada, El Remate, las Copleras de Amaicha del Valle y la Capilla de Amaicha.
La ruta provincial 307 serpentea entre cerros y montañas, Los ómnibus son internos, pues todas las empresas nacionales llegan hasta San Miguel de Tucumán, lo mismo con el servicio aéreo y el tren.